El fungicida de contacto es un producto químico, que previene o elimina el crecimiento de hongos y esporas que pueden dañar las plantas. No es efectivo para tratar bacterias, nematodos o enfermedades virales. Hay varios tipos de fungicidas, pero básicamente se agrupan en dos grandes categorías: tópicos y penetrantes. Los tópicos, protectores o de contacto evitan que las esporas infecten la planta. Los penetrantes procuran detener la propagación y eliminar el hongo causante de la enfermedad. El control eficaz de los hongos depende de la correcta elección y aplicación del fungicida de contacto. A continuación algunos consejos que te resultarán de utilidad.
Antes de la aplicación
Las enfermedades fúngicas son uno de los principales problemas que afectan los cultivos paraguayos. Se presentan todos los años, y están relacionadas con las condiciones climáticas y el manejo de los cultivos. Así se desarrollan las enfermedades fúngicas, como la roya, el Huang Long Bing (HLB), la fumagina de los cítricos y la macrophomina phaseolina en el caso de la soja, potenciada por los efectos de la sequía.
También se debe contemplar que la planta necesita llegar a un nivel de daño necesario para tener certeza de la epidemia, ya que de otra manera resulta imposible detectarla. Este nivel se conoce como “umbral de daño económico y de acción” y es el nivel máximo tolerable para comenzar a aplicar el fungicida. Como prácticas preventivas se podrían adoptar:
- Manejo integrado: Lo mejor es combinar las distintas prácticas para evitar la aparición y proliferación de plagas. Incluye la selección de variedades resistentes a enfermedades y la prevención de enfermedades promoviendo plantas saludables.
- Conocimiento de enfermedades: La aplicación del fungicida adecuado depende de la correcta identificación del hongo causante de la enfermedad. En Paraguay predominan los géneros Fusarium spp, Macrophomina phaseolina, Rizoctonia solani, Pythium spp y Phytophthora spp. Por ese motivo, la enfermedad debe ser diagnosticada por un profesional para asegurarse que el problema es realmente una enfermedad fúngica.
- Rotación de cultivos: El monocultivo se ha asociado a los daños por enfermedades fúngicas.
- Visión integral: El fungicida de contacto no debe verse como un “barniz protector” sino a partir de una visión integral del sistema que incluye las características del hongo, de la planta y del fungicida, sin dejar de lado el factor económico.
Aplicación del fungicida de contacto
Los fungicidas tópicos se aplican en el exterior de la planta y evitan que las esporas infecten la planta. Las esporas son microscópicas, por eso el fungicida de contacto debe aplicarse en forma uniforme sobre todo el cultivo. Una buena pulverización garantiza que el producto caiga sobre todas las esporas. El tipo de boquilla debe ser el adecuado para la aplicación del fungicida. Existe un consenso en que la mejor es la llamada boquilla de cono hueco, ya que produce gotas de menor diámetro y mayor ángulo de dispersión. Si no se emplea la tecnología de la aplicación correcta, el resultado no será el esperado. Las consecuencias de una mala aplicación son la ineficiencia y la pérdida de protección.
Consejos para aplicar un fungicida de contacto
Aplicar el fungicida antes de las lluvias: Los fungicidas resisten la acción de la lluvia, pero los hongos necesitan el agua para dispersarse por el follaje por eso se recomienda aplicar con anterioridad.
Aplicar el fungicida a tiempo: Muchas veces se deja que el hongo se desarrolle en las hojas inferiores antes de aplicar el fungicida. Se debe evitar que la enfermedad se convierta en una epidemia. Para lograrlo es necesario realizar tareas de manejo y monitoreo, respetando el umbral de acción.
Alternar fungicidas: La aplicación del mismo fungicida puede generar mutaciones en los hongos, haciéndolos más resistentes al producto. Los fungicidas de contacto con clorotalonil o mancozeb difícilmente causen mutaciones. Se recomiendan los fungicidas tipo “multisitio”, que con diferentes modos de acción actúan sobre distintos puntos de la célula del hongo.
Sincronizar la aplicación de fungicidas: Se ha demostrado que se logra una medida más efectiva con el tipo de boquilla o la presión de pulverización adecuada.
Repetir las aplicaciones: El número de aplicaciones depende directamente del avance de la enfermedad. Debe considerarse no aplicarlo en épocas de alta temperatura o baja humedad.
Leer las etiquetas y seguir estrictamente las indicaciones del fabricante: El objetivo es proteger las plantas, el medio ambiente y la salud de los operadores. La mayoría tienen una toxicidad baja a moderada y es poco probable que causen daños a la salud humana, pero pueden existir riesgos por manipulación inadecuada del fungicida de contacto.