La rotación de cultivos es clave para lograr sistemas productivos sustentables. Bajo esta premisa el maíz es un cultivo que tiene mucho por aportar. Descubrí por qué un productor agropecuario debe incluirlo en su esquema de producción y así obtener la máxima rentabilidad de su empresa.
Un sistema productivo sustentable ambientalmente es aquel en el cual se realizan producciones económicamente rentables preservando la capacidad productiva del mismo y evitando la generación de impactos negativos en las demás piezas del ambiente.
En búsqueda de este objetivo, la rotación de cultivos es clave para lograrlo y en este sentido el cultivo de maíz adquiere un rol central dentro de la misma, permitiendo conjugar beneficios en el corto y largo plazo para el productor agropecuario.
Aportes del maíz al suelo en la rotación de cultivos
Está demostrado a nivel mundial que las rotaciones agrícolas que incluyen al cultivo de maíz (y también al sorgo) muestran mejores condiciones de salud del suelo que aquellas rotaciones que no los incorporan.
Una característica de este cultivo, así como de otras gramíneas, es su sistema de raíces en cabellera. Este tipo de distribución de las raíces, sumado a las exudaciones que generan las mismas, contribuye a mejorar la estructuración de los agregados del suelo e incrementar la cantidad de macroporos. Esto es clave para la circulación del agua y aire dentro del suelo porque facilita el crecimiento de las raíces de los cultivos siguientes.
Por otro lado el maíz es una especie con metabolismo C4, con una alta eficiencia en el uso de la radiación, agua y nutrientes para producir grandes cantidades de biomasa (5-12 tnMS/ha). Esta biomasa a su vez es de una elevada relación C/N lo cual favorece una descomposición más lenta de las misma por parte de los microorganismos del suelo. La producción de una alta cantidad de biomasa de elevada C/N favoreces el balance de carbono de los suelos y consecuentemente la sustentabilidad de los sistemas de producción.
Aportes directos al productor
Numerosos ensayos agrícolas y publicaciones científicas han demostrado que en las superficies donde se realiza rotación de cultivos, los rendimientos de la producción son superiores. En diversos estudios a nivel mundial se reporta el incremento de rendimiento del cultivo de soja cuando su antecesor es maíz y no a la inversa.
Otro beneficio de incluir diferentes cultivos en la rotación, entre ellos al maíz, es la diversificación de riesgos. Por un lado los ambientales, ya que con diferentes cultivos ubicamos los períodos críticos (momento de mayor susceptibilidad de un cultivo) en diferentes etapas a lo largo del año, distribuyendo los riesgos climáticos (sequia, golpes de calor, granizo, etc). Y por otro lado los riesgos de mercados, ya que al producir diferentes granos el agricultor no se encuentra ligado al precio de una sola producción.
Finalmente la inclusión de maíz (u otra gramínea) entre dos cultivos de leguminosas acarrea beneficios en el manejo integrado de plagas ya que inhibe la proliferación de patógenos, insectos y malezas, al interrumpir sus ciclos biológicos.
Claves para potenciar la producción de maíz y sus beneficios al sistema
El crecimiento y rendimiento de un cultivo de maíz, al igual que en otros cultivos, estará determinado por su capacidad de utilizar la radiación, el agua y los nutrientes para producir biomasa, procesos regulados por la temperatura.
El cultivo de maíz es especialmente susceptible a déficits hídricos en los 15 días previos y 15 días posteriores a su floración. Por lo tanto es indispensable un acabado conocimiento del ambiente para elegir adecuadamente la fecha de siembra y el ciclo a utilizar para ubicar su período crítico en momentos de baja probabilidad de estrés hídrico.
La nutrición balanceada es otro de los factores claves para lograr maíces de alta producción, siendo como toda gramínea altamente demandante en nitrógeno, aunque también se deben considerar otros nutrientes.
Finalmente, la densidad de siembra y el espaciamiento contribuirán a generar una correcta estructura de cultivo para captar al máximo la radiación y la protección contra plagas malezas y enfermedades nos asegura no tener pérdidas de rendimiento y que el productor pueda obtener su máxima rentabilidad.